Bésame mucho: nuevos tonos y tonos míticos del Phyto Rouge Shine de Sisley

Sisley ha ampliado su gama de labiales más brillantes con, al menos, tres nuevos tonos: 

Un rosa rojizo, un melocotoncito cálido tirando a calabaza que estaba agotadísimo en Primor..., y un cacao profundo que acabo de adquirir, junto con el mítico Sheer Nude que ya es súper ventas.

Puro lujo, también en el bolsillo, pero puedo prometer y prometo que valen la pena. También merece la pena rebuscar comparando precios, porque al menos en Paco perfumerías, Arenal o Primor son ostensiblemente más baratos.

Siempre me atrajo esta firma, rodeada por el halo de lo inalcanzable.

En mis años de universidad iba buscando bases de maquillajes Oil free, y Sisley tenía una que costaba alrededor de los setenta euros: siempre quise y nunca la tuve. Hablo de cuando no había perfumerías de gran consumo y mis sueños cosméticos orbitaban en torno al Corte Inglés...

La marca sigue siendo cara, para qué nos vamos a engañar, pero hoy las cosas han cambiado: he crecido..., y existen cadenas como Paco perfumerías o Arenal donde todo es más fácil.

Descubrí los increíbles Phyto Rouge Shine hace exactamente un añito, cuando buscaba mi KissKiss de Guerlain en tono melocotón y, como en el Arenal de Vitoria estaba agotado, la amable dependienta me dirigió a otro mueble expositor.

Y así cambié mi labial melocotón de Guerlain por el Sheer Coral, de los Phyto Rouge Shine de Sisley..., una barra de labios a caballo entre el bálsamo y el brillo, o "gloss en stick" como se dice ahora.

Rica en ácido hialurónico y en esferas de konjak, y con un lujurioso envase con estampado de cebra en oro y blanco que no se lasca con el uso...

Por todo eso se han convertido en mi producto favorito de Sisley.

Una firma que antes me evocaba buen hacer y lujo poco menos que inalcanzable, como acabo de narrar, pero que ahora se me hace muy entrañable por dos razones:

1) Celebré con ella uno de los momentos más importantes de mi carrera universitaria, y con el primer sueldo de mi historia compré, allá por mis veinticinco, el perfume Eau de Campagne.

2) Pero lo que más pesa en mi amor por ella es que conozco bien a su representante en la zona de La Rioja, Marisa, que trabajó como dependienta en Sephora y en quien tengo plena confianza.

Vamos ahora a lo que nos interesa tras este largo, muy largo preámbulo: me llevé un labial mítico de la gama y otro perteneciente a los nuevos tonos.

Mi primera opción era el Sheer Ginger, melocotón cálido, pero no había existencias, así que opté por el Sheer Cocoa, un marrón rojizo de lo más otoñal.

Una de las tendencias de la nueva temporada en cuanto a labios es el look Cherry Cola, es decir, boca jugosa y glaseada en un tono entre el rojo cereza y un chispeante marrón Coca-Cola. Y creo que este tono entra en esa categoría:

Aquí lo veis brillando en todo su esplendor en mis fotos más gamberras de los últimos tiempos... Sí, en plenas fiestas de La Vega en Haro bailando Las babys de Aitana bajo el cañón de espuma.

Me apasiona el color y, refrescos aparte, se me hace ideal para el otoño y para revivir esos labios noventeros que son plena actualidad.

Aunque mi preferido es el número diez, Sheer Nude que, no voy a mentir, se me antojó después de ver un vídeo de Lucía Castells (Just Beauty by Lucía).

Se trata del nude perfecto si te gusta que tire a rosa y evoque esos primeros labios inocentes de tus primeros looks...

Y si no me gusta nada el efecto labios borrados, en cambio me fascina esta barra "desnuda" que combina un tono dulce y un millón de chispitas para dimensionar mi boca, con un efecto acuarelable, un brillo precioso y una hidratación duradera.

He llegado a ver estos labiales a 47 euros en El Corte inglés y no he pagado ese precio, pero ronda los treinta euros en Druni o Arenal y así, si merecen la pena.

Para finalizar os dejo este divertido collage que ¡ha tenido a bien hacerme Google fotos!