Mi neceser de... ¿Otoño? Nuevos colores y texturas para una nueva temporada

El lunes que viene acaban mis vacaciones, un día de estos me marcharé de mi paraíso veraniego y pronto comienza septiembre. 

Negar el bajón emocional sería hipócrita; ¿qué tal si intentamos ilusionarnos con los nuevos tiempos? Logroño, regresar a mi piso (mi casa, mi castillo), y una nueva temporada por estrenar.

Y comienzo con lo que más atañe a este espacio: el neceser, que más que un estreno es un rescate: compré esta preciosa bolsita bordada en la feria de artesanía de Navidad, en el puesto de Turquía. Me la llevé a Oporto y no la cambié por mi neceser turquesa de verano hasta bien entrado el calor.

Además de ser una joya muy otoñal, resulta compacta en el bolso: cabe muchísimo y ocupa mucho menos que otros neceseres al no ser nada armada. Y esto se hace evidente al ver que puedo llevar hasta ¡tres! rubores diferentes. 

En realidad sólo pensaba incluir mis  dos coloretes fetiches de Nars, Luster y Orgasm X, pero en el último momento cuando me llegó el pedido de Porpo me di cuenta de que Hestia es el rubor rosa que necesitaba a mano.

Yo atesoraba los productos de Nars en el tocador, celosamente, sin querer que viajaran por miedo a perderlos..., y descubrí que no los estaba disfrutando: ¡la vida es riesgo!

También caí en la cuenta de que nunca salgo de mi zona de confort en cuanto a bases de maquillaje y este verano tengo dos novedades que me están chiflando, de las cuales llevo en el neceser la Respect Touch de Sensilis: prometo inminente reseña.

Aunque veáis el lápiz de cejas de XX Revolution, no le hagáis mucho caso: ando enfadada con el cepillo que incluye y espero sustituirlo por el de Benefit, Precisely my brow pencil, que lleva siglos esperando en mi lista de deseos. 

He vuelto a otro clásico de Nars: la máscara de pestañas Climax en talla de viaje, que me resulta muy fácil de manipular. En Sevilla en tiempos de confinamiento rescaté un tesoro, el lápiz Teddy de Mac, y aunque haya que sacarle mina, ¡me lo quedo!

Es fascinante el halo de embrujo que logra en la mirada. Pero mis lápices favoritos son los retráctiles, y entre ellos, los de Belle, baratos y buenísimos. Y he cambiado mis ya muy conocidos jumbos de Kiko por los de Gosh que tanto recomienda Ratolina: también habrá reseña y look(s), porque son una maravilla.

Respecto a los labiales, ahora llevo siempre en el bolso uno líquido mate, pero como fondo de neceser he optado por mis nuevas barras de labios de Catrice porque ¡lo tienen todo! 

En la mezcla de lujo y low cost está la verdad, ¿no creéis?