Reflexiones en la... ¡piscina! Mi neceser de deporte y volver a nadar

Pues resulta que el pasado jueves me sentí de pronto muy cansada, y caí en la tentación de llenar la bañera. Pero al día siguiente, viernes, seguía igual de cansada..., y decidí que esto sólo lo solucionaba el deporte.

Y es que desde hace bastante tiempo sigo a Su, de Webos fritos, que, en su perfil de Instagram, mantiene una cruzada personal en pro del deporte y un lema vital: "caminar no es suficiente". 

Esto, a las que comenzamos a caminar a diario hace poco y ya nos parecía un mundo, puede antojarse algo extremo, pero es cierto que ejercitarse es mucho más que "andar rapidito"...

Por mi parte, yo he exprimido el fin de semana: ayer me di ya a bailar sevillanas en la caseta de la feria que montaron mis amigas de la asociación cultural Ayedo, y hoy me he conseguido nadar mis 30 largos de rigor haciendo algún descanso a intervalos, en la piscina del Centro Deportivo Lobete de Logroño.

Y, como pensaba publicar unas reflexiones en la bañera, han pasado a ser directamente reflexiones en la piscina, y así empiezo.

1. En la noche temprana del pasado jueves, cuando me sumergí en la bañera sintiéndome culpable, pero pensando "ha llovido bastante" y en un  doble sentido, han transcurrido meses desde que me bañé por última vez y la primavera ha venido cargadita de agua, estuve ojeando el monográfico de grandes películas y grandes novelas que ha sacado en marzo Filasiete, la mejor revista cinematográfica de este país.

En la imagen tenéis un fragmento de mi primera participación en el proyecto, y de paso os vuelvo a recomendar a Jane Austen, tanto en original como en versión cinematográfica.

2. Casi había olvidado lo que me gusta nadar, no lo hacía desde el pasado verano, al que pertenece esta foto tan radiante y azul. 

Con un brazo paralítico al 50% y la motricidad tocada, comprenderéis que no tengo un gran estilo, pero me muevo y no paro, que de eso se trata. Me encanta "andar en el agua", es decir, hacer largos moviendo las piernas en modo bicicleta, lo más rápido que puedo, trabajando el tren inferior. Y trabajar brazos y pectorales haciendo ejercicios en el bordillo. Todo menos nadar a crawl, oyes.

3. Pero lo que más me gusta es bucear.  Me siento abrazada por el azul turquesa, como cuento en mi otro blog.

4. También hoy he buceado en el armario de mi gimnasio. Encontré la bolsa de deporte que veis en la foto que abre el post, una enorme mochila de bandolera azul con estampado de Gryffindor, comprada en La frikilería en pleno arrebato friki...

Estaba tal y como la dejé hace cuatro años, bañador y toalla de microfibra limpios, chanclas en una bolsita aparte, y este neceser de Essence con productos evidentemente caducados.

5.Hoy he vuelto a llenar la bolsita de rayas color piscina con mi protección cincuenta de Isdin, una crema hidratante, un peine, un desodorante en crema y un bálsamo de labial con envase de elefantito, porque tengo cinco años pero hey, me pongo metas.

Llevo más de doce años acudiendo a la piscina de Lobete en Logroño, como lo atestigua este post sobre mi neceser de piscina que hice en 2014. 

Me "quité" en plena pandemia porque ya no podía ir y me ha costado mucho volver, pero hoy eh recordado lo que es sentirse abrazada por el color turquesa y, como dirían los chicos de La oreja de van Gogh, hoy es el primer día del resto de mi vida.