Llevo todo el verano utilizando lo nuevo de Huda Beauty, este lujoso aceite labial en formato gelatina..., y todavía no logro tener un concepto claro acerca de él.
Alguien me dirá que si he de darle tantas vueltas..., es claramente un "no", pero hay productos de maquillaje que desde un principio te vuelven loca, y en otros, la curva de aprendizaje es larga...
Expresado de otra manera: este aceite de labios tiene muchas virtudes pero también algunos defectos; a veces la balanza se inclina de un lado, a veces del otro, quiero hacerle justicia y un post desapasionado a ser posible con fotografías bonitas.
Quizás lo más reseñable, para empezar, es lo difícil que ha sido encontrar este labial durante todo el verano, creo que fue el hit absoluto de la temporada junto con perfiladores de la marca... que, por cierto, a mí me parecen rotuladores Carioca a precio de oro, pero es solo una primera impresión. El aceite en sí no es que sea barato tampoco, cuesta veinticinco señores euros..., y ése sería su primer defecto.
El dinero no es problema... si lo tienes, claro. Cada quién tiene sus prioridades y compra ropa en H&M pero el Rouge tienen que ser de Chanel. Yo soy un poquito así..., pero no me gusta que me tomen el pelo. Y me da la sensación de que este aceite labial se marcha en un suspiro, y esto sucede porque no cuenta con todos los mililitros que debería tener.
... Acabo de ir a consultarlo, ¡y son tres, nueve mililitros! ¡No llega a cuatro! La indignación es real.
Y aquí es cuando aparece vuestra Adaldrida de confianza, cero por ciento racional y 100% caos, le da una vuelta del tuerca al post entero hasta dejarlo patas arriba y os dice... ¡Que este producto le fascina!
No lo puedo remediar, me siento glamurosa cuando uso este aceite denso y a la vez cómodo, como colchoncito sobre los labios. Una combinación de péptidos y de manteca de karité me salva mi boca de la deshidratación, pero ni siquiera es eso...
Es que este labial es absolutamente confortable, pero a la vez profundamente adorable, puro lujo en mis labios... Los engrosa ligeramente pero con elegancia, sin picores extraños, y al menos a mí no me hace excursiones por las comisuras.
Al principio me daba rabia que no tuviera casi color y ahora es justamente ése uno de sus muchos atractivos: lo adoro porque lo puedo usar cuando estoy muy maquillada o cuando voy a cara lavada: ¡va bien con todo!
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