Lujuria cosmética en el Barrio de Salamanca (Madrid): Lush y Claudia di Paolo
En Madrid tengo dos paraísos muy distintos.
Uno es el barrio de Salamanca, pijo y acogedor, elegante siempre, con sus calles de grandes edificios de piedra y sus tiendas iluminadas. Esas puertas de cristal que se abren con leves murmullos, mientras tintinean los frascos de vidrio grueso y reluciente en las estanterías del fondo... Iluminación media, cortesía a raudales. Tarjetitas color crema...
El otro es la calle Fuencarral, popular y vivaracha, bastante sucia pero con aroma de jabones. Plazas destartaladas con cafés a medio construir. Tiendas abarrotadas, abigarradas de luz y de color. Grúas, coches, hippies, cigarros sospechosos.
Una de las cosas que más me enternecen de la marca Lush es que tienen tiendas en mis dos paraísos. la tiendecita de la calle Alcalá está sumida en un silencio reposado, con chicas que te hacen demostraciones de sus productos. En Lush Alcalá me regalaron una burbuja enterita, que ya es generosidad. Además me dieron la mejor: la burbuja de miel y chocolate "Mamá", de la que habló tan magistralmente Adegea.
La gran tienda de Fuencarral parece un zoco lleno de aromas, chicas con bolso, chicos con perro, cajas registradoras y largas filas para pagar.
Esta vez no he salido de mi barrio plín. La misma tarde del jueves estuve en Lush Alcalá y me llevé a casa, por fin, un buen pedazo del jabón "Cariño he lavado a los niños", que luele a toffee y a miel.
También, el nuevo Lip scrub de azúcar con sabor a chicle (suena bien, ¿eh...?) Es absolutamente perfecto para dejar unos labios suavecitos, como de película... Contiene azúcar pero también aceite de jojoba y una mezcla de aceites esenciales, por lo que exfolia pero también hidrata un poco, y tiene un sabor riquísimo... yo no diría chicle sino más bien chuches, gominolas de fresa, de nubes...
Me estuvieron enseñando la fabulosa crema de manos Smitten, que huele a almendras y es untuosa y deliciosa, pero la verdad es que hasta que no se me acabe Hidrafix de Garnier, no repongo: los indios, en fila india.
También pedí que me enseñaran la mascarilla fresca de avena. Había oído hablar de ella, sabía que calmaba la piel y borraba las rojeces, y que llevaba productos naturales como la avena, el plátano y la manteca de ílipe. Ahora que la he visto puedo decir que también es absolutamente perfecta: sedosa y adorablemente hidratante, de un tono amarillo cálido y con un olor a desayuno irlandés que te entran ganas de comerla a cucharadas... Y, a pesar de todo esto, soy tonta y me asustó lo nutritiva que es, temí aparecer con la cara llena de granos... y no la compré. Puede que me anime en mi próxima visita.
Esa tarde estuve también en la calle Jorge Juan, en un lugar increíble llamado Claudia di Paolo.
Había aterrizado allí buscando un tónico para piel sensible de la marca bío Secretos del agua que se llama Agua de musgo. No lo tenían, pero como lo usaban en sus tratamientos de belleza tenían un tester y me llenaron un tarrito primoroso a modo de muestra: la atención no pudo ser más esmerada. El agua de Musgo es una auténtica gozada: es más sólida que un tónico, como un gel ligerísimo, por lo que no resbala sobre la piel sino que penetra en ella. Huele de verdad a musgo, a vida. Sus ingredientes activos son el musgo, el aloe vera, el lúpulo e incluso el oro, y sólo cuesta 27 euros.
Por esta vez me he quedado en mi barrio... ¡ha merecido la pena!
Uno es el barrio de Salamanca, pijo y acogedor, elegante siempre, con sus calles de grandes edificios de piedra y sus tiendas iluminadas. Esas puertas de cristal que se abren con leves murmullos, mientras tintinean los frascos de vidrio grueso y reluciente en las estanterías del fondo... Iluminación media, cortesía a raudales. Tarjetitas color crema...
El otro es la calle Fuencarral, popular y vivaracha, bastante sucia pero con aroma de jabones. Plazas destartaladas con cafés a medio construir. Tiendas abarrotadas, abigarradas de luz y de color. Grúas, coches, hippies, cigarros sospechosos.
Una de las cosas que más me enternecen de la marca Lush es que tienen tiendas en mis dos paraísos. la tiendecita de la calle Alcalá está sumida en un silencio reposado, con chicas que te hacen demostraciones de sus productos. En Lush Alcalá me regalaron una burbuja enterita, que ya es generosidad. Además me dieron la mejor: la burbuja de miel y chocolate "Mamá", de la que habló tan magistralmente Adegea.
La gran tienda de Fuencarral parece un zoco lleno de aromas, chicas con bolso, chicos con perro, cajas registradoras y largas filas para pagar.
Imagen tomada de la web de la firma |
Esta vez no he salido de mi barrio plín. La misma tarde del jueves estuve en Lush Alcalá y me llevé a casa, por fin, un buen pedazo del jabón "Cariño he lavado a los niños", que luele a toffee y a miel.
También, el nuevo Lip scrub de azúcar con sabor a chicle (suena bien, ¿eh...?) Es absolutamente perfecto para dejar unos labios suavecitos, como de película... Contiene azúcar pero también aceite de jojoba y una mezcla de aceites esenciales, por lo que exfolia pero también hidrata un poco, y tiene un sabor riquísimo... yo no diría chicle sino más bien chuches, gominolas de fresa, de nubes...
Imagen tomada de la web de la marca |
Me estuvieron enseñando la fabulosa crema de manos Smitten, que huele a almendras y es untuosa y deliciosa, pero la verdad es que hasta que no se me acabe Hidrafix de Garnier, no repongo: los indios, en fila india.
También pedí que me enseñaran la mascarilla fresca de avena. Había oído hablar de ella, sabía que calmaba la piel y borraba las rojeces, y que llevaba productos naturales como la avena, el plátano y la manteca de ílipe. Ahora que la he visto puedo decir que también es absolutamente perfecta: sedosa y adorablemente hidratante, de un tono amarillo cálido y con un olor a desayuno irlandés que te entran ganas de comerla a cucharadas... Y, a pesar de todo esto, soy tonta y me asustó lo nutritiva que es, temí aparecer con la cara llena de granos... y no la compré. Puede que me anime en mi próxima visita.
Esa tarde estuve también en la calle Jorge Juan, en un lugar increíble llamado Claudia di Paolo.
Había aterrizado allí buscando un tónico para piel sensible de la marca bío Secretos del agua que se llama Agua de musgo. No lo tenían, pero como lo usaban en sus tratamientos de belleza tenían un tester y me llenaron un tarrito primoroso a modo de muestra: la atención no pudo ser más esmerada. El agua de Musgo es una auténtica gozada: es más sólida que un tónico, como un gel ligerísimo, por lo que no resbala sobre la piel sino que penetra en ella. Huele de verdad a musgo, a vida. Sus ingredientes activos son el musgo, el aloe vera, el lúpulo e incluso el oro, y sólo cuesta 27 euros.
Por esta vez me he quedado en mi barrio... ¡ha merecido la pena!
Vaya, qué tarde tan productiva y agradable... aunque no creo que pudiese usar ese bálsamo para los labios, salivaría más que un can de Paulov!!
ResponderEliminarJajajajajaj! El comentario de la salivación me ha encantado!!!
ResponderEliminarY Adaldrida... me lo pasé pipa!! Aunque hoy he devuelto la camiseta, pero sólo la camiseta!!!! Y he comensado con otras bobadas.
Bsts!
que suerte¡¡¡¡¡¡¡ un par de días de poticompras ¡¡¡¡ ¿te dieron vacaciones en el cole? ya nos contarás como fue la presentación de tu libro...
ResponderEliminarChukita
Que gracioso me parece lo de tus dos zonas favoritas de Madrid. Yo vivo aquí, concretamente al lado de la tienda Lush de Alcalá y trabajo a cinco minutos de la tienda de Fuencarral. Tienes razón cuando describes las dos zonas. Hasta hace poco desconocía la zona de Fuencarral, pero desde que me paso la media hora del desayuno paseando por ella, me ha conquistado.Tiene vida, jaleo, alegría...
ResponderEliminarPor cierto, yo que soy una adicta a la cosmética, solo he comprado una vez en Lush, y acabé tirándolo, no me gustan nada sus productos.
Un saludo.
Marta A.
Gadirroja, ¡eres única! Chukita, tenía puente, ¡el puente de Andalucía! Marta, Bienvenida. Lo de Lush me parece raro,a lo mejor eres de esas personas fanáticas de los olores neutros que no soportan los festivales de aromas... A mí en general lo que no me gusta es sus productos para la cara, las cremas están saturadas de manteca de cacao o karité y un montón de aceites, y los limpiadores faciales son muy agresivos o muy grasos...
ResponderEliminarPero en cambio me muero por sus jabones, sus burbujas de baño y sus champús sólidos. Y en general me encanta cómo huele todo mmmmm...
Hola!!!
ResponderEliminarDurante tu paseo por el Barrio de Salamanca, entraste en L´Occitane en Provence, te atendí y al despedirnos me diste tu dirección de blog. Simplemente me encanta.
Gracias a ti he descubierto la marca Secretos del Agua, y voy a ir a Claudia di Paolo para que me asesoren.
Otra marca que me encanta es Aveda, esta tarde tengo cita para un cambio de look, jeje.
Un besazo!!