Haul Primor: Farmona, Ziaja, Tulipán negro (necesidades básicas)

Si me seguís desde hace tiempo (¡ñam!) sabréis que por razones ideológicas no suelo entrar en la perfumería Primor de Logroño. Las contadas ocasiones en que he transigido fue por pura debilidad, (no siempre nos portamos como debemos, y si es así nos toca confesarlo humildemente), o porque necesitaba algo que de buena tinta sé que no venden en ninguna otra tienda en mi ciudad.

Y esta vez se unieron ambas circunstancias: por un lado era mi primer día en Logroño y me hallaba en pleno ataque de saudade romana..., y por otro necesitaba una crema para la cara, un desodorante y un champú con acondicionador: necesidades básicas del primer mundo.
Acababa de leer en el espacio de Tita Helen una buena reseña de la línea capilar de leche de cabra de Ziaja, que posee queratina líquida: ya he utilizado en tres lavados ambos productos y puedo ofrecer primeras impresiones.

El champú me costó dos con cincuenta y el acondicionador, un euros con setenta y cinco céntimos. Ambos desprenden un olor peculiar, se supone que a limpio, que me desagrada profundamente: los aromas empolvados con base artificial y yo no somos uno.
Pero pasa rápido y se lo perdono por lo maravillosamente suelto, limpio e hidratado que me dejan el pelo. En la imagen, sin espuma ni otro producto de peinado, y tras viajar cuatro horas en autobús, que a mí los viajes me aplastucian la melena. Los efectos de champú más acondicionador duran de dos a tres días, y hasta me regalan unas tímidas ondas. Ando in love, a ver si dura mucho o poco el idilio.


La crema de Farmona fue una sorpresa estupenda: un producto que se llama Chamomile y efectivamente posee camomila en cuarto o quinto lugar de su lista de ingredientes y que cuesta ¡1,99 euros!
Pertenece a la gama "natural" de la firma, llamada Herbal care. Esto no significa que carezca de siliconas, pero sí de parabenos, alcohol y petrolato. Contiene siliconas, sí, pero justo después de una batería de principios activos excepcionales (que además son mis favoritos), entre los que destaca la manteca de karité y la camomila.
Llevo desde su compra, una semana y media, utilizándola, y es calma pura. Es una crema blanca y firme que cuando se toma entre los dedos se vuelve acuosa. Aporta una hidratación suficiente pero sin empachar, no es rica ni untuosa. Por dos euros, me está maravillando.

 Un capricho baratito, que cuesta tres euros con setenta y cinco céntimos: la manteca corporal de lavanda y leche de vainilla de la misma marca. La compré por error, sin embargo, pues aún no había terminado de desembalar mi equipaje y creía que la loción corporal de Aveeno que compré en Roma se había quedado con mi dulce madre. Y ya no sé vivir sin ese aroma como a colonia Dulces sueños de Jonsons baby hecho crema hidratante en mi cuello, como una bruma de almohada pero que además hidrata.
Tras ducharme y antes de ir a leer, bloguear y youtubear a la cama, he adquirido la costumbre de embadurnar todo mi cuerpo con una loción que huela a lavanda. El pijama se impregna del aroma y me ayuda a dormir mientras nutre la piel. La versión de Farmona cuesta la mitad que la de Aveeno y es mucho más natural y nutritiva. Huele muy campestre, a lavanda de verdad pero matizada por un fondo dulce de vainilla que me engolosina y me calma al mismo tiempo.

Y por último, piqué con estos dos desodorantes por la pura pereza de no gastar ocho euros en el que de verdad necesitaría adquirir, el de piedra de alumbre líquida de La boutique de los perfumes. Y es que lo que vaya a aplicar en las axilas debe ser cero por ciento alcohol por culpa de mi piel sensible, y cero por ciento sales de aluminio por culpa de mis aprensiones. En perfumerías resulta imposible encontrar ambas condiciones unidas, y estoy probando el de fresa y nata de Tulipán negro y el de Té blanco y glicerina de Heno de Pravia: ninguno de los dos cuesta más de dos euros en Primor, ninguno de los dos he visto en otra perfumería, ambos regalan un irresistible olor, dulce o discreto, y uno tiene lo que le falta al otro y viceversa.
En mis próximas reflexiones en la bañera daré mi veredicto final sobre ellos: to be continued, ¡siempre to be continued!

15 comentarios:

  1. Me has dado curiosidad con la crema corporal: la bruma de Treets con lavanda y vainilla...me crea adicción (jajaja). ¿Has probado la Pure Bio de Yves Rocher con caléndula? Me la has recordado al hablar de esa crema de Farmona, creo que podría gustarte.
    Un besito!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no la he probado pero las cremas de Yves Rocher no me gustan demasiado. En cambio las toallitas desmaquillante es de camomila me emocionan. Yo también había pensado en la línea de Lavanda de Treets para sustituir la loción que me compré en Roma, pero esta crema es todavía más barata y huele muy muy muy bien.

      Eliminar
  2. odio ese desodorante de tulipan negro. Me huele demasiado fuerte y no lo soporto. La cremita si que me parece una opción estupenda, me la apunto

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues eso es lo que tengo que calibrar, si es demasiado dulce y empacho sea para mí o no. Ayer la usé y desde luego ningún otro perfume, y estuve toda la tarde oliendo a pastelito de fresa. Tio much quizás 😂

      Eliminar
  3. Encontré Aveeno en Primor hace un par de semanas: un aceite de ducha maravilloso. Tenían un par de botes en la zona de parafarmacia pero como tienen esa política incomprensible de retirar marcas y productos, a saber si lo siguen vendiendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Aveeno en Primor??!!!!

      Eliminar
    2. Yo también he alucinado con la noticia: muchas gracias y lo buscaré.

      Eliminar
  4. Qué bien lo del champú y acondicionador, los probaré.

    ResponderEliminar
  5. No sabía que Farmona Tuviera esta línea natural, de ellos tengo el body sorbete o algo así en melón y sandía que huele de vicio para el veranito..,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi me ha pasado lo mismo, de hecho ese sorbete de melón y sandía lo he visto muchísimas veces en el primar Madrid y no me lo llevaba por el peso, pero tenía una pinta...

      Eliminar
  6. Echa un vistazo al de Dove Sensitive, no tiene alcohol, peor no recuerdo si contenía sales de alumbre. Es ideal para pieles muy sensibles (yo lo llegué a utilizar en épocas que estaba al borde de una dermatitis)
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De Dove he probado varios, el que usaba en Roma era de esta marca y me abrasó pero no era sensitive... Gracias por la sugerencia. Otro desodorante que utilizo, casi el único del mercado tipo drugstore que me gusta porque no tiene ni alcohol ni sales de aluminio, es el Seda silk de Byly pero es en crema...

      Eliminar
    2. El de Byly lo usé también, y la pega es la textura, sí.
      Lactovit no sé si cumple con lo que buscas, también en gama sensitive.
      Ya te digo que tuve una temporadita de axilas puntillosas que tela marinera.
      Besos!

      Eliminar
  7. Esa gama ya he visto que no suele gustar por el olor, pero como tampoco es un olor que perdure en el pelo, no pasa nada. Pero sí, funciona fenomenal para reestructurar la fibra capilar.

    La crema de cara me parece un poco densa para mi carita, pero la corporal va fenomenal. Me funciona dármela en la nuca cuando estoy muy tensa como en masajillo si un día estas nerviosita, por si te vale, a mi me funciona. La buscaré.

    Ese desodorante de henos de pravia (como decían en la Venganza de Don Mendo) me encanta, pero sólo uso roll-on porque en spray me produce muchísima sequedad y derrames en la axila (sí, rarísimo todo), pero nunca lo encontré en esa versión.

    Ahora uso otro que tampoco es fácil de encontrar que es uno de Nivea con extracto de aguacate y protege bien.

    Besotes

    ResponderEliminar
  8. Ya me he anotado en mi wishlist la loción corporal de Herbal Care de "Farmona".
    Me apetece un montón probarla.
    :D

    ResponderEliminar

Habla ahora o calla para siempre...

Con la tecnología de Blogger.