Ritual para un pelo bonito: Carpe diem de Rituals y Agua de lluvia de Secretos del agua
Hace sólo un año, mi pelo era una central eléctrica, un nido de golondrinas que ahora, gracias a los productos de Secretos del agua y Rituals, luce así:
Y a pesar de todo, hay que mantener un equilibrio enorme entre productos. Voy a hablar en este post de mi rutina capilar durante este último año, y de los descubrimientos que hice.
Primero llegó a mí vida el champú purificador de esta firma artesanal. Es un limpiador con cero siliconas, pero que además posee el poder de arrastrar toda la materia oclusiva que satura los poros, por lo que calma el cuero cabelludo.
Fue una maravilla, me ha normalizado el pelo eliminando electricidad, caspa y picores, pero...
Un año después me he dado cuenta de que debe ser un tratamiento puntual, porque al tener esa función de arrastre las mechas no me duraban nada.
Y así es como he llegado al binomio Rituals - Secretos del Agua.
Ahora uso un champú que quizá tenga un poco de silicona, pero en un nivel aceptable, bastante natural, y que me deja el pelo suelto, brillante y con mis mechas cobrizas en su sitio. Carpe diem además es un champú que combate la electricidad... y que huele a flor de cerezo.
Agua de lluvia es un acondicionador curioso: su textura es muy fluida pero posee un gran poder de hidratación y gran cantidad de agua biopolar como principio activo. Hidrata mucho pero hay que saber utilizarlo porque, como me advirtió Míriam de la peluquería Mishea, puede aportar demasiado peso al cabello fino, y si sobrepaso la dosis no me aguanta más de dos días el pelo tan limpio como a mí me gusta.
Es culpa mía: siempre acabo aplicando acondicionador en las raíces, y en sólo dos días me las noto sucias... Y a veces olvido también escurrir la cabellera para que ni una gota de agua colorada quede en su interior: soy un pequeño desastre.
En resumen, los tres productos que he utilizado durante estos meses son tratamientos de alta calidad... pero requieren de un manual de instrucciones.
Foto disparada por mí En el Espolón (Logroño) |
Y a pesar de todo, hay que mantener un equilibrio enorme entre productos. Voy a hablar en este post de mi rutina capilar durante este último año, y de los descubrimientos que hice.
Primero llegó a mí vida el champú purificador de esta firma artesanal. Es un limpiador con cero siliconas, pero que además posee el poder de arrastrar toda la materia oclusiva que satura los poros, por lo que calma el cuero cabelludo.
Fue una maravilla, me ha normalizado el pelo eliminando electricidad, caspa y picores, pero...
Un año después me he dado cuenta de que debe ser un tratamiento puntual, porque al tener esa función de arrastre las mechas no me duraban nada.
Carpe diem/ Agua de lluvia |
Y así es como he llegado al binomio Rituals - Secretos del Agua.
Ahora uso un champú que quizá tenga un poco de silicona, pero en un nivel aceptable, bastante natural, y que me deja el pelo suelto, brillante y con mis mechas cobrizas en su sitio. Carpe diem además es un champú que combate la electricidad... y que huele a flor de cerezo.
Agua de lluvia es un acondicionador curioso: su textura es muy fluida pero posee un gran poder de hidratación y gran cantidad de agua biopolar como principio activo. Hidrata mucho pero hay que saber utilizarlo porque, como me advirtió Míriam de la peluquería Mishea, puede aportar demasiado peso al cabello fino, y si sobrepaso la dosis no me aguanta más de dos días el pelo tan limpio como a mí me gusta.
Es culpa mía: siempre acabo aplicando acondicionador en las raíces, y en sólo dos días me las noto sucias... Y a veces olvido también escurrir la cabellera para que ni una gota de agua colorada quede en su interior: soy un pequeño desastre.
En resumen, los tres productos que he utilizado durante estos meses son tratamientos de alta calidad... pero requieren de un manual de instrucciones.
Me dan curiosidad los capilares de Rituals, no he probado ninguno así que les echaré un ojo a ver.
ResponderEliminarBESOS!
Que chula la foto, Adaldrida.
ResponderEliminarYo creo que, realmente, todas creemos que sabemos lavarnos el pelo y acondicionarlo, y no es así.
ResponderEliminarYo hice la prueba hace años.
Una tarde quedé con una amiga mía que es peluquera (y de la que he aprendido mucho) y me dijo que le lavara la cabeza. Nos íbamos de marcha y nos arreglamos en su peluquerí, así que allá fui yo toda valiente y, aunque no lo hacía mal, me dió una serie de consejos que he seguido aplicando desde entonces, como empapar bien todo el pelo antes de aplicar champú, disolver un poco el producto con el agua antes de aplicarlo directamente sobre el cabello (mejor muchos pocos repartidos que un mucho concetrado en un solo punto), masajear muy bien, con energía y suavidad las raíces para favorecer la circulaciónd el cuero cabelludo, aclarar muy bien el pelo antes de cambiar de cada producto, ...y, sobre todo, prestar atención a las necesidades de nuestro cabello e ir adaptando nuestra rutina de cuidados y productos, aunque nos e haya terminado el bote de champú.
Así es, Bea. Yo por ejemplo empiezo por las puntas, pero no sé cómo, acabo poniendo acondicionador en todo todo y todo.
EliminarSe te vé un pelo brillante, suave y nada de frizz por lo que te felicito porque es toda una tarea.
ResponderEliminarNo tengo Rituals cerca pero cuándo me acerque a la tienda...pienso hacerme con algunas cosas molonas.
Un beso.
No los he probado y tienen muy buena pinta pero a pesar de la humedad que solo cuando se dispara nos da problemas, no a mi, a toda Valencia!!! el pelo es algo de lo que no puedo quejarme y si viviera en Lograño estaría como una tacha!!!!
ResponderEliminarBesos
Me mola ese champú desincrustante, es lo que necesito.
ResponderEliminar¿Cuanto cuestan?
ResponderEliminarNo recuerdo exactamente. El champú de Rituals unos ocho euros, y el Agua de lluvia unos veinte.
EliminarMuy chula la foto. De la gama de flor de cerezo y leche de arroz he probado cosas, huele de vicio.
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