Bésame mucho: hoy, Lipglass Candy Yum Yum de Mac
Acabo de disfrutar de un par de fines de semana en Zaragoza, tierra de gente firme y sincera, gente maja. En el primer viernes que pasé en suelo aragonés, a fines de septiembre, llegué con un poco de tiempo libre y antes de pedir al taxista que me llevara a mi lugar de trabajo me concedí un paseo por el rincón de Mac en el Corte Inglés del paseo de Sagasta.
Lo que pretendía era saber con certeza si mi buen recuerdo de los brillos labiales de la firma era real o estaba idealizado, tamizado por la pátina del tiempo que todo lo pinta de color de rosa. Era el mejor momento porque todos los labiales de la marca gozaban de un 15% de descuento, es decir, si antes costaban casi veinte euros ahora pedían diecisiete por cada uno.
Tras casi un mes utilizando estos dos ejemplares debo decir que más bien mis recuerdos habían quedado cortos. El Lipglass de Mac es para mí una de las mejores opciones brillantes que ofrece el mercado, no solo por la riqueza de color sino por duración y confort en el labio.
El término "confort" abarca numerosas cualidades: la sensación de hidratación y de ligereza al mismo tiempo, la forma adorable en la que el producto se extiende sobre la superficie de la boca, y parece flotar sobre ella a la vez que se agarra como un tatuaje... El aroma del producto, dulce y cremoso pero sin llegar a empalagar ni molestar... Toda una serie de síntomas que confluyen en una experiencia que no llega al nivel de "religiosa" pero roza lo sublime.
En cuanto al color, me decanté por reponer un viejo conocido, el "Lychée luxe" que es un coral cremoso al estilo de un batido de melocotón con unos toques de sandía, un labial que he tenido y repetido a lo largo de estos diez años en los que conozco la casa..., y lanzarme con un color nuevo, lo cual no era difícil porque de Mac sólo he tenido el mencionado Lychée Luxe, el Russian red que me fascinaba y un gloss de edición limitada llamado Bateaux, un melocotón clásico de la colección Naughty Nautical.
Me ha encantado ver que la marca ha decidido trasponer al acabado brillo algunas de sus barras de labios más emblemáticas, como el St Germain, el Spice, el Myth o el Impassioned: cualquiera de los tres primeros me atraía: el Myth por ejemplo perdía su textura densa y secorra y quedaba ese precioso tono melocotón pálido-casi-blanco que siempre me ha enganchado. El Spice conservaba toda la esencia especiada y femenina del famoso perfilador que llevó por primera vez ese nombre... En cambio, el Impassioned en versión gloss perdía un punto fucsia en favor del coral, lo que le resta atractivo en mi opinión.
Pero en cuanto mis ojos descubrieron la versión gloss de este mítico labial, dejaron de dudar al fin.
Candy Yum Yum: un nombre dulce y gamberro, tierno y pícaro que significó durante mucho tiempo un labial de culto, un tono de edición limitada ansiado, buscado e infinidad de veces no encontrado, una nueva cumbre de ansia cosmética y otro hito más dentro del coleccionismo del maquillaje. Una ola de furor poético y "amour fou" de la que yo no participé porque entonces no tenía cerca ningún punto de venta Mac, los labiales de esta casa habían dejado de interesarme y para colmo su acabado era mate, mi menos favorito dentro de las texturas de estos labiales.
De repente lo encuentro, sin listas de esperas, sin agonía ninguna, en un sencillo viernes en Zaragoza y con una jugosidad y un acabado charol que enamoran.
Tiene ese punto rosa frío neón que pregonaban las reseñas en blogs, pero con un giro dulce y lacado. A una hora de aplicación en la boca no ha perdido fuerza pero sí algo de agresividad. Va retirándose sin parchear, dulcificando su tono por momentos. Sencillamente es el Labial Rosa de mi vida, con la textura perfecta.
Y es el protagonista absoluto de mi viaje a Zaragoza y de mi último VLOG, desde que aparezco en el minuto dos de la grabación con mis labios recién maquillados con Candy Yum Yum:
De hecho, en este vídeo entro en el local de L´Occittane del Centro Comercial Aragonia y me vuelvo a enamorar del perfume Flor de acacia que ya tengo en mi tocador y al que dedicaré una reseña..., y me prueblo los nuevos bálsamos labiales con color de la marca. Por supuesto, el tono Rosa ámbar me cautiva..., pero como no puedo dejar de pensar en el precioso candy Yum Yum de Mac, la nueva tentación ni siquiera consigue tentarme.
Lipglass de Mac: |
Lo que pretendía era saber con certeza si mi buen recuerdo de los brillos labiales de la firma era real o estaba idealizado, tamizado por la pátina del tiempo que todo lo pinta de color de rosa. Era el mejor momento porque todos los labiales de la marca gozaban de un 15% de descuento, es decir, si antes costaban casi veinte euros ahora pedían diecisiete por cada uno.
Tras casi un mes utilizando estos dos ejemplares debo decir que más bien mis recuerdos habían quedado cortos. El Lipglass de Mac es para mí una de las mejores opciones brillantes que ofrece el mercado, no solo por la riqueza de color sino por duración y confort en el labio.
El término "confort" abarca numerosas cualidades: la sensación de hidratación y de ligereza al mismo tiempo, la forma adorable en la que el producto se extiende sobre la superficie de la boca, y parece flotar sobre ella a la vez que se agarra como un tatuaje... El aroma del producto, dulce y cremoso pero sin llegar a empalagar ni molestar... Toda una serie de síntomas que confluyen en una experiencia que no llega al nivel de "religiosa" pero roza lo sublime.
Derecha: Lychée Luxe - Izquierda: Candy Yum |
En cuanto al color, me decanté por reponer un viejo conocido, el "Lychée luxe" que es un coral cremoso al estilo de un batido de melocotón con unos toques de sandía, un labial que he tenido y repetido a lo largo de estos diez años en los que conozco la casa..., y lanzarme con un color nuevo, lo cual no era difícil porque de Mac sólo he tenido el mencionado Lychée Luxe, el Russian red que me fascinaba y un gloss de edición limitada llamado Bateaux, un melocotón clásico de la colección Naughty Nautical.
Me ha encantado ver que la marca ha decidido trasponer al acabado brillo algunas de sus barras de labios más emblemáticas, como el St Germain, el Spice, el Myth o el Impassioned: cualquiera de los tres primeros me atraía: el Myth por ejemplo perdía su textura densa y secorra y quedaba ese precioso tono melocotón pálido-casi-blanco que siempre me ha enganchado. El Spice conservaba toda la esencia especiada y femenina del famoso perfilador que llevó por primera vez ese nombre... En cambio, el Impassioned en versión gloss perdía un punto fucsia en favor del coral, lo que le resta atractivo en mi opinión.
Candy Yum Yum en mis labios |
Pero en cuanto mis ojos descubrieron la versión gloss de este mítico labial, dejaron de dudar al fin.
Candy Yum Yum: un nombre dulce y gamberro, tierno y pícaro que significó durante mucho tiempo un labial de culto, un tono de edición limitada ansiado, buscado e infinidad de veces no encontrado, una nueva cumbre de ansia cosmética y otro hito más dentro del coleccionismo del maquillaje. Una ola de furor poético y "amour fou" de la que yo no participé porque entonces no tenía cerca ningún punto de venta Mac, los labiales de esta casa habían dejado de interesarme y para colmo su acabado era mate, mi menos favorito dentro de las texturas de estos labiales.
Una hora después de aplicado |
De repente lo encuentro, sin listas de esperas, sin agonía ninguna, en un sencillo viernes en Zaragoza y con una jugosidad y un acabado charol que enamoran.
Tiene ese punto rosa frío neón que pregonaban las reseñas en blogs, pero con un giro dulce y lacado. A una hora de aplicación en la boca no ha perdido fuerza pero sí algo de agresividad. Va retirándose sin parchear, dulcificando su tono por momentos. Sencillamente es el Labial Rosa de mi vida, con la textura perfecta.
Y es el protagonista absoluto de mi viaje a Zaragoza y de mi último VLOG, desde que aparezco en el minuto dos de la grabación con mis labios recién maquillados con Candy Yum Yum:
De hecho, en este vídeo entro en el local de L´Occittane del Centro Comercial Aragonia y me vuelvo a enamorar del perfume Flor de acacia que ya tengo en mi tocador y al que dedicaré una reseña..., y me prueblo los nuevos bálsamos labiales con color de la marca. Por supuesto, el tono Rosa ámbar me cautiva..., pero como no puedo dejar de pensar en el precioso candy Yum Yum de Mac, la nueva tentación ni siquiera consigue tentarme.
¡muy bonitos! No me parece nada fácil encontrar un glosa que merezca la pena. Te ilumina la cara una barbaridad y se ve precioso. Feliz inicio de semana, bonita.
ResponderEliminarB.
A mi también me encanta los lipglass de mac, solo los lipglass, el resto de gamas de brillos de labios (lustreglass, mineralize glass, cremsheen glass, dazzleglass, pushglass) no tienen lo que busco en un gloss (demasiado metalizado, poca duración, demasiado cremoso, demasiada porpurina, demasiado pesado). El "Lychée luxe" lo suelo usar mucho en verano pero el "candy yum yam" no lo conocía, me parece que se ha convertido en un objetivo para la próxima temporada estival.
ResponderEliminarTe queda precioso, muy "dulce".
Bs
Te qued precioso ese lipglass. Ya sabes que no soy muy amiga de los glosses, aunque algunos se salvan de esa criba.
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que la pigmentación supera lo habitual en un producto de estas características. El rosa te queda precioso!
ResponderEliminarBESOS!
Tú estas enamorada de los melocotones, pero los fucsias y rosas fríos te alegran la cara muchísimo. Yo tenía un perfume de L'Occitane de té verde y jazmín, pero lo discontinuaron y ahora ya no me animo a comprarles otro. Siempre me alegras el día con tus videos, en este se te ve más porque tienes asistente de cámara, eso ayuda. Besos.
ResponderEliminarMe ha impresionado la duración y adherencia para ser sólo un brillo de labios. Me gusta más el brillo que su versión en barra.
ResponderEliminar*del Candy Yum Yum, digo.
EliminarQue precioso es el Candy Yum Yum :D
ResponderEliminarBesos
Te queda precioso tiene un tono muy bonito aunque yo como Miss Potingues tampoco soy muy amiga de glosses, pero eso no quita para decir que es precioso y que te va genial.
ResponderEliminarBesos
No soy de glosses porque llevo el pelo largo y existe un efecto secundario repugnante: sopla el viento y un mechón se te pega a los labios, plaf... Sin embargo, resulta muy bonito el Candy yum yum. No queda nada mal el tono que adquiere al pasar las horas, parece que se hiciese menos "frío", pero queda igualmente bien. (Por cierto, proliferan en la Red sitios donde proponen tests sobre si eres fría o cálida... algo más complejo por lo que parece que el viejo truco de si las venas se ven azules o verdes... Interesante). Besos. Carmen.
ResponderEliminarYo tuve dos y los usé hasta terminarlos pero mi opinión es que no me resultaban cómodos aunque no tengo claro si eran de los llamados lipglass o de otra línea, uno era un tono de E. Limitada y el otro uno llamado Cultured que se supone que estará todavía porque era uno de los productos más vendidos.
ResponderEliminarUn beso.
El efecto vinilo es muy chulo, pero como no me hablo con Mac, pues mira, como que no, además ahora el cuerpo me pide tonos oscurillos ya.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia la tira de la olla XD.Muy fan del Cruella de Vil XD
Besotes
no soy muy de glosses pero reconozco que es precioso y que te sienta genial
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