Golden Hour de Too Faced: mejillas sonrosadas

Sí, he vuelto a hacerlo: no hay dos sin tres. Después de Tequila Sunset y Velvet Crush, éste es mi tercer ( y último) ejemplar de los nuevos coloretes Cloud Crush de Too Faced. 

Cuando dije que no me había quedado el rubor de la nueva colección de Kiko para mí, lo hacía por razones poderosas: ¡acababa de adquirir esta fantasía sonrosada!

La polvera de estos coloretes es, a mi gusto, la más bonita que hay ahora mismo en el mercado: se ve de gran calidad, de lujo como corresponde a su precio de más de treinta euros la unidad. 

Un "macarón" metálico y metalizado, con cierre dorado de clic en forma de corazón... y con el resto del envase del color que pregona la pastilla que hay en su interior, en este caso un magnífico rosa con mini chispa dorada.

Al presentar estos coloretes en este espacio fui un poquito injusta con el tono Golden hour, pues dije que me parecía un clon del mítico Orgasm de Nars. 

Y claro está que no lo miré bien: la luz Interior del Sephora no le favorecía, y una está acostumbrada a que las marcas intenten clonar el orgasmo más famoso de la esfera beauty...

Pero este tono es mucho menos evidente y mucho más inocente, y... ¡me gusta muchísimo más!

Porque es un rosa cándido, dulce, pero fresco y muy alegre, y porque si los dos coloretes de Too Faced que compré anteriormente sonrojaban las mejillas, este las sonrosa... De verdad.

Me explico: mi tono de rubor favorito es el melocotón y lo sabéis, es el que mejor sienta a mi piel fría y con tendencia a las rojeces.

Pues a pesar de tener este matiz, muchos coloretes rosas que he probado no quedan exactamente rosas en la mejillas, tiran a rojo resaltando imperfecciones o a naranja incluso, ¡es un misterio!

Pero en cuanto la brocha rozó primero pastilla de Golden hour y luego mi piel, supe que la magia había sucedido.

El resultado fue un sutil halo ni mate del todo ni bola de discoteca, y sobre todo, ¡rosa! Un rosa frío que no destaca rojeces y me da ese aire de niña que cultivo a posta...

Me acaba de decir una crítica literaria, en son de elogio,  que mi poesía es naif..., pues ese subtono naif de las mejillas ¡resalta más aún en esta foto pop con fondo en blanco y negro que Google imágenes tuvo a bien regalarme!