Estuve en... Inglot
Hace un par de semanas estuve en Las Palmas de Gran Canaria por motivos de trabajo... Reconozco que la pasión cosmética ciega mis ojos, ya que cuando me hablaron de la posibilidad de viajar a las islas, no pensé "¡playa!", no... pensé: "¡Inglot... por fin!"
Y a visitar Inglot fui en el único momento libre que tuve en todo el fin de semana, justo la primera noche de estancia en la tierra del sol.
Tomé un taxi rumbo al centro comercial el Mirador, junto con mi compañera de trabajo y ahora amiga, J., que a pesar del cansancio por haber viajado casi doce horas decidió que no se arriesgaba a dejarme sola...
LLegar a la tienda, (que, por cierto, era el primer local en el que mis ojos repararon), es sumergirte en un caleidoscopio de texturas y tonos, un carrusel del color. Yo ya había oído hablar del peculiar sistema de la marca, denominado "freedom system", pero no por eso dejó de maravillarme el hecho de que una dependienta pusiera en mis manos una paleta inmantada, invitándome a servirme a mi libre albedrío, experimentando mezclas y disfrutando de esta galaxia:
Tanta belleza apabulla. Creo que esa noche me acosté aquejada de síndrome de Stendhal.
El espejismo era alentado y reforzado por lo bien que nos trató la dependienta, una amable italiana llamada Fiore: alabó mi combinación de sombras (una preciosa paleta otoñal, decía con entusiasmo...) Este gesto es casi obligado, ya que se basa en un poderoso adagio, "el cliente siempre tiene la razón"... pero es que tras montar la paleta me regaló uno de esos bolígrafos en forma de barra de labios que inventara Marc Jacobs, y regaló otro a mi compañera, que lo miraba todo con ojos encendidos como farolas.
Y, ya después de pagar los 29 euros que cuesta una paleta de cinco sombras, nos pidió que eligiéramos cada una un esmalte de uñas de la firma. J. escogió un fabuloso nude con brillitos, y yo me llevé un rosa sucio con matices ciruela y acabado metálico.
La paleta que compré es, realmente, muy otoñal, pero no pude resistir la tentación de combinarla con uno de mis colores fetiche: el turquesa radiante, un tono mate y soleado.
Tampoco pudo faltar otro habitual en mis párpados: el gris acero de textura aterciopelada y acabdo ahumado. Las otras tres sombras sí que fueron inesperadas, amor a primera vista: un clon de la Cramberry de Mac, imprescindible en este otoño de "rouge en los párpados"; un topo que vira hacia el rosa sucio y una sombra luz impecable: irisada, discreta, ligeramente rosa.
Así lucen las tonalidades de la paleta que tanto elogió Fiore. Su calidad es delirante: no hacen pliegues, duran intactas en la piel. Hay sombras de la marca que no son tan fantabulosas como éstas, pero gracias al sistema de elección, pude hacerme con cinco sombras de la textura que siempre ando buscando: sedosa y aterciopelada, sin tropezones de un brillo tan galáctico como mentiroso, sino con un brillo sano y natural.
Y a visitar Inglot fui en el único momento libre que tuve en todo el fin de semana, justo la primera noche de estancia en la tierra del sol.
El objeto de mis desvelos... |
Tomé un taxi rumbo al centro comercial el Mirador, junto con mi compañera de trabajo y ahora amiga, J., que a pesar del cansancio por haber viajado casi doce horas decidió que no se arriesgaba a dejarme sola...
LLegar a la tienda, (que, por cierto, era el primer local en el que mis ojos repararon), es sumergirte en un caleidoscopio de texturas y tonos, un carrusel del color. Yo ya había oído hablar del peculiar sistema de la marca, denominado "freedom system", pero no por eso dejó de maravillarme el hecho de que una dependienta pusiera en mis manos una paleta inmantada, invitándome a servirme a mi libre albedrío, experimentando mezclas y disfrutando de esta galaxia:
Freedom system... |
Tanta belleza apabulla. Creo que esa noche me acosté aquejada de síndrome de Stendhal.
El espejismo era alentado y reforzado por lo bien que nos trató la dependienta, una amable italiana llamada Fiore: alabó mi combinación de sombras (una preciosa paleta otoñal, decía con entusiasmo...) Este gesto es casi obligado, ya que se basa en un poderoso adagio, "el cliente siempre tiene la razón"... pero es que tras montar la paleta me regaló uno de esos bolígrafos en forma de barra de labios que inventara Marc Jacobs, y regaló otro a mi compañera, que lo miraba todo con ojos encendidos como farolas.
Y, ya después de pagar los 29 euros que cuesta una paleta de cinco sombras, nos pidió que eligiéramos cada una un esmalte de uñas de la firma. J. escogió un fabuloso nude con brillitos, y yo me llevé un rosa sucio con matices ciruela y acabado metálico.
La paleta en cuestión |
La paleta que compré es, realmente, muy otoñal, pero no pude resistir la tentación de combinarla con uno de mis colores fetiche: el turquesa radiante, un tono mate y soleado.
Tampoco pudo faltar otro habitual en mis párpados: el gris acero de textura aterciopelada y acabdo ahumado. Las otras tres sombras sí que fueron inesperadas, amor a primera vista: un clon de la Cramberry de Mac, imprescindible en este otoño de "rouge en los párpados"; un topo que vira hacia el rosa sucio y una sombra luz impecable: irisada, discreta, ligeramente rosa.
"chuaches" de otoño |
Así lucen las tonalidades de la paleta que tanto elogió Fiore. Su calidad es delirante: no hacen pliegues, duran intactas en la piel. Hay sombras de la marca que no son tan fantabulosas como éstas, pero gracias al sistema de elección, pude hacerme con cinco sombras de la textura que siempre ando buscando: sedosa y aterciopelada, sin tropezones de un brillo tan galáctico como mentiroso, sino con un brillo sano y natural.
Pues no creo que fuera por halagarte en vano. A mí me ha parecido preciosa y como dices, con esa elegancia de las sombras sedosas y satinadas.
ResponderEliminarUn besote.
Me encantan las sombras que has elegido, menos mal que no tengo esta tienda cerca...sería mi perdición jajaja BESOS!
ResponderEliminarQue colorido tan maravilloso, yo nunca pisé una tienda inglot :(
ResponderEliminarYo tuve que viajar "allende el mar", y por trabajo...
ResponderEliminarNo pongo las referencias porque no sé cómo sacar las sombras de la paleta para ver el número, ¡que alguna experta en el freedom system me ayude!
Muy muy muy muy buen post! ole!
ResponderEliminarEstuviste en Inglot... qué envidia! Si lo llego a saber te hago un encarguito, jeje.
ResponderEliminarNo me extraña que te elogiaran la paleta, la combinación de tonos es soberbia!
Besos
No creo que fuera elogio de venta, porque la paleta es preciosa y sería absurdo no reconocerlo.
ResponderEliminarBesos!
Yo también alabo tu elección, me encanta como te quedan los tonos turquesa en los ojos, y a los otros seguro que les darás muchísimo uso. Yo aún no he probado estas sombras, pero lo tengo en mi lista de "pendientes"
ResponderEliminarUn besazo!
Pero que buen gusto tienes niña.
ResponderEliminarQue preciosa paleta.
Yo no tengo Inglot pero tampo me apetece que el horno no lo tengo para bollos jajajaja.
Besos.
Que sombras más bonitas!
ResponderEliminarYo si tengo una tienda cerca (Murcia), y aunque me controlo bastante bien voy a tener que hacer una visita en breve.
La sombra roja-granate es preciosa. ¿Has probado los coloretes?
Salu2.
Son unas sombras preciosas!!tengo ganas de ir a inglot para crear mi propia paleta!bsts!
ResponderEliminarPreciosa paleta! Parece que la subida de precios de Inglot es inminente, aprovechad!!Para sacar las sombras intenta con un iman (no tengo acentos, lo siento)que tengas por casa, prueba en las esquinas, a mi me acaba funcionando ;)
ResponderEliminarO era un poti-viaje y aprovechaste para trabajar un poco? :):):)
ResponderEliminarLa paleta es preciosa y si además es de la textura que te gusta...
Besos
Esta tienda tiene muchos clones de MAC, me sorprende que no cayeses en manos de los coloretes que también son hipnóticos y del famoso duraline. Me gusta tu sombra cramberrie, estoy deseando verla en algún look que hagas. Besotes
ResponderEliminarAdaldrida, yo tengo varias paletas (tengo Inglot aquí :D).
ResponderEliminarPara quitar las sombras coge un cuchillo con punta, lo más fino posible y la tapa de la paleta (sí, la tapa). Mete la punta del cuchillo por donde veas más ancho el espacio entre sombra y paleta (siempre hay un lado ligeramente mayor) y acercando el pequeño (pero potentísimo) imán de la tapa a la esquina de la sombra haz palacanca con el cuchillo. Hazlo con mucho cuidado, no hay que "empujar" demasiado con el cuchillo, verás que no hace falta. En seguida que ayudes un poco con el cuchillo la cercanía del imán levantará el godet :)
Por cierto, yo las tengo identificadas en la propia paleta. Encima de cada sombra escribí el código con lápiz. Se ve perfectamente y queda discreto. Por si te sirve...
Uyyyyy un cuchillo... qué miedo. Gracias por responder a mi pregunta, Papish y Anónimo.
ResponderEliminarChuckita, se te echaba de menos. Y sí,era de trabajo;)
A las que me preguntan por coloretes, duralines etc... diré que mi bolsillo no estaba para jolgorios y decidí ni mirarlos. Me centré en la paleta de sombras.
Gracias por comentar.
pufff que intensidad de sombras!!me han encantado!!
ResponderEliminarbesosss
Que buen gusto tienes..son preciosas.El turquesa vibrante.
ResponderEliminarUn saludo