Decoración (I) Montando piso nuevo con muebles vintage

9/05/2018
Ya estoy instalada en mi piso nuevo, y durante una semana nos hemos dedicado por entero a amueblarlo, decorarlo, hacer de él un hogar.
Invertimos un día en ir a Ikea porque necesitaba un sofá cama para el cuarto de invitados y lo quería barato, pero poco más de esa cadena veréis en mi casa.

El recibidor de mi casa

Me gustan los muebles con solera. Me entusiasma heredar y reciclar. Me muevo entre las maderas nobles y el estilo rústico pero sin pretensiones de grandeza, más bien aprovechando todo lo que mi familia ha querido regalarme y yo he podido reutilizar.
Mi gusto es, digamos, el gusto de mis padres pero con un punto friki que lo diferencia y delata mi edad:

El felpudo ^_^

Este felpudo de Disney, (y de La Frikilería),  se lo regalé a mi mejor amiga de Logroño por su boda hace unos meses, y de repente supe que en mi casa definitiva era exactamente lo que deseaba yo también. Mi casa, mi castillo.
La entrada es en cambio rústica a más no poder. El claro protagonista es un sillón de madera y enea: el sillón del obispo, dice mi tía Concha que me lo regaló, pero en realidad perteneció a mi abuelo. Lo acompaño con un paragüero de mimbre que me compré hace siete años en Toscana, una tienda de Logroño (Calle vara de Rey casi ya con Gran vía), para mi anterior casa, y con un espejo y un revistero que era de la casa de mis padres.

Detalle del salón

Esta mecedora es un ejemplo de mis gustos vintage: fue mi auténtico capricho al llegar a Logroño, hace siete años y medio. Desde siempre quise un balancín para mi casa, y lo encontré de ocasión en una tienda que estaba liquidando existencias, Muebles Fernández. Casualidad mágica, ahora trabajo en el antiguo edificio de ese mítico comercio logroñés. En mi piso de alquiler la mecedora ya me parecía bonita, pero en esta casa luce todo su esplendor.


Aquí muestro el salón en panorámica. En Instagram me recomendaron el uso de alfombras, pero vuelvo a lo mismo: la madera es mi pasión, y este suelo de buena tarima lo quiero desnudo. El sofá es el que tenía, el mueble mural de teca también, y la mesa de comedor y las sillas las heredé de mi abuela Cecilia: simplemente las he tapizado en rayas fresas, oro pálido y crema.
Los cuadros de toda la casa han corrido a cargo de mi padre, que tiene un gusto exquisito. Tan solo en mi cuarto me he permitido un estilo más joven con lienzos de mis amigos pintores, de colores muy vivos...


Aunque para mostrar fotos de mi habitación al completo habrá que esperar un poco. Por ahora podéis ver la librería y mesa de trabajo de La Oca, en cerezo, regalo de mis tíos Javier y Eva, y vestidas ya con libros de poesía, teatro del Siglo de Oro y Literatura Infantil y Juvenil, mis tres perdiciones. El atril con mis libros y revistas literarias fetiche que se intuye al final es de madera oscura y lo compré nada menos que en Pamplona hace quince años, cuando redactaba mi tesis. El osito panda era de mi abuela y le tengo un cariño inmenso.


Por supuesto, hay un lugar de honor en el dormitorio para mi tocador retro, también de familia como la silla que le acompaña (me he deshecho del taburete que en realidad era de cocina y no estaba ala altura.) El problema es que estaba muy viejo y frágil, por lo que mi padre ha emprendido una pequeña restauración, encolándolo y barnizándolo.

Si os parece bien, y sin abandonar el tema principal de este espacio, la saga (fuga) de decoración que abre este post  será extensa... Éste es el comienzo de una gran amistad... y un nuevo derrotero en el blog.

18 comentarios:

  1. El rincón del tocador...♥
    Un besito.

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    1. Como veis, está sin ordenar. Cuando esté terminado le haré post también. Me alegra que te guste.

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  2. Esta quedando preciosa Rocío!!!!


    Besos

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  3. Aquí la alfombrera mayor al aparato...

    Acabarás sucumbiendo...ejem...incluso con esa bella tarima. Algún día me darás la razón, porque yo también empecé así.

    Me encanta cómo te está quedando todo.

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    1. Aún no he alcanzado ese nivel de suprema sabiduría, Gelines...

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  4. Yo soy totalmente fan de mezclar muebles con solera, tanto comprados para restaurar como rescatados de la calle para después restaurar, con otras piezas más modernas, pero originales. Tampoco uso alfombras porque me gusta ver el suelo, ni cortinas, porque no quiero desaprovechar ni un rayo de sol!

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    1. Me parece que pensamos igual en muchas cosas... Un abrazo 🤗

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  5. Suelos desnudos por favor... ¡Sabes que me encanta!
    Besos, primi.

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  6. Da mucha ilusión y divierte mucho decorar una nueva casa. He visto la colección de Puck por ahí...que buenos recuerdos de pequeña.

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    1. Jajajajaja es parte de la sección de Literatura Infantil y Juvenil de mi biblioteca. Pero me encanta tenerlo ahí porque es una de mis lecturas fetiche de la adolescencia.

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  7. Yo también tengo muebles antiguos, ¡me encantan!, y además casi todos son de familia. Y donde esté un buen suelo de madera, que se quiten las alfombras!

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  8. Tenemos gustos muy diferentes, pero entiendo que no quieras cubrir ese suelo de madera, es precioso.
    Besos!

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    1. Jajajajaja al final coincidimos en la Belleza de la madera 😘

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  9. Soy del equipo "la madera es preciosa, pero tengo las manos de goma", yo pondría alguna alfombra porque soy torpe a rabiar... aunque en mi caso mejor papel de burbujas XD.

    Fan de las mecedoras totalmente!

    Besotes

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  10. Las alfombras son muy acogedoras, pero mira... muy sucias. Así que eso que te ahorras. Yo tengo un par de ellas en casa, y ambas se pueden fregar. Quizá las habría más bonitas, pero no soporto el pelo de las alfombras y la sensación de que todas las miguitas y todo el polvo se quedan ahí escondidas.
    Me gusta mucho que seas tan fiel a tu estilo. La casa te está quedando muy acogedora, y sobre todo, es muy tuya
    Historias del Metro :-)

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  11. Yo tenía alfombras en mi casa pero he cambiado los muebles del salón y las he quitado y, ¿sabes?
    De momento -como tú- no las voy a poner.
    Feliz principio de semana.

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